Estábamos en un lugar que tenía playa, el clima era fresco, lo único constante en mis sueños es que siempre está nublado y nunca está caluroso. Yo era feliz con Avelino, pero por nuestros trabajos nos veíamos poco, el trabajaba como guardia de seguridad y yo era chófer de un señor que se dedicaba a vender droga y tener mucho poder, pero al estilo gringo. Recuerdo muy bien haberme opuesto a algo mientras el no estaba, yo sabía que iba a terminar de lo peor, por eso tomé mi bolsa con mis pocas cosas y salí corriendo, estaba anocheciendo y del lado de la playa era totalmente oscuro. Subí unas cuadras y traté de meterme entre una colonia a lo alto de la enorme propiedad para que les costará más encontrarme. Después de varias cuadras, me cambié la ropa y me vestí diferente, tenía que ir a despedirme del amor de mi vida. Fui, El estaba en hora de trabajo, me vió y se dió la vuelta, yo me alejé y me quedé esperando a una cuadra con la incertidumbre de que no fuera. Después de dos horas, el iba caminando y me dijo susurrando "sígueme". Ya en un lugar seguro me dijo que me estaban buscando en todos lados y que no iban a tardar en encontrarme, "van a venir por mí", pero tengo la cuartada de que les dije que llevaba mucho tiempo sin verte por el trabajo, y llevo todo el día coqueteando con una muchacha. No te preocupes esto es para que no nos hagan daño. Yo por supuesto tenía el corazón roto, el estaba tratando de protegernos, me dió un beso, una nalgada, me dió dinero y me dijo que me fuera, que el me buscaría cuando fuera seguro. Yo seguí mi camino, fui a buscar autobús de la peor calidad del mundo, y me llevó a un pueblito cercano. Hice amistad con una señora que me ayudó a sobrevivir bastante tiempo, teníamos una panadería donde se vendía a cambio de otras cosas, era un gobierno dónde la monera no existía, pero a cambio tenías educación, salud y servicios. Yo, por ser una fugitiva del "gobierno" tenía que alejarme de los beneficios y esperar a nunca enfermarme. Vi a Avelino varias veces, siempre era rápido y era por qué a el lo mandaban cerca. Un día la señora se equivocó y por error escanearon mis ojos en vez de los de ella, y tuve que escapar de nuevo. La persona importante de la que huí repartió con vales de cosas mi fotografía para que si me encontraban tuvieran una recompensa. Decidí huir nuevamente, pasé a despedirme de la señora, le dejé unas mermeladas que el señor repartió con mi cara y me fui. De nuevo con el corazón roto y sin saber a dónde ir, Avelino estaba ahí corriendo hacia a mi, "vámonos juntos, ya ahorré lo suficiente en vales para vivir mucho tiempo". Nos subimos a otro autobús y ahí me desperté.
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