martes, 20 de agosto de 2013

Un lugar en Massachusetts...

Tras el pasar de los días, estoy tan acostumbrada a mis sueños "raros" que aunque de verdad den miedo ya no me perturban, el Domingo de la semana pasada soñé que estaba en una playa, estaba con otras 2 personas, sigo sin saber quiénes eran, teníamos que recoger tesoros que dejaban las olas en la orilla de la playa, había relojes, monedas y teléfonos. 

Luego justo como todo sueño estaba aparentemente en el mismo pueblo pero de día, ahora no en la playa, en el pueblo, había algo así como una feria, a la derecha había tenderetes de todo tipo de cosas y a la derecha casitas. Curiosamente en esta feria no había payasos, niños, ni personas riendo.

El cielo se oscureció, y en el segundo tenderete el fuego incendió todo lo que tenía dentro, incluyendo un niño que no pudo salir, y yo me quedé parada viendo. 



lunes, 15 de julio de 2013

Una mañana cualquiera

Se levantó. Al tocar el suelo sintió frío en los pies, se puso sus pantuflas y, en el momento en que dio el primer paso, se dio cuenta de que todo lo que conocía había cambiado ¡tanto!, que incluso se mareó al punto de casi caer en la cama. Cuando regresó en sí, caminó hasta la cocina; su madre no estaba, lo que era raro, porque para esa hora del día ella ya estaría preparando la comida. Caminó hacía el cuarto de sus padres; le tomó por sorpresa ver que tampoco estaban ahí. No le dio importancia. Se metió al baño, que no tenía agua.

-¡GATO!

Su casa siempre estaba llena de ruido, pero en esta ocasión ni el gato quiso responder... o tal vez estaba dormido en el techo bajo la sombra del tinaco. Regresó a su habitación con la esperanza de poder arreglar su cabello; cuando se rindió mejor se amarro el cabello con un listón rojo. Una vez no peinada salió a la calle con hambre. Al primer sitio que llegó fue la tienda que, por alguna mística razón, estaba cerrada. Se percató de que nadie más estaba en la calle, ningún vehículo haciendo ruido con el claxon, solo el sonido de uno que otro pajarillo en los árboles. 

Al llegar la noche, intentó llamar a quién fuera, pero nadie le contestó. Estaba sola, tal vez no en el mundo, pero estaba sola. 

-¡GATO!

Al no escuchar respuesta del gato, en vez de ignorar el hecho de que no le respondió como siempre hacía, lloró... y lloró por la soledad que sintió al no percibir la presencia de alguien. Lloró de rodillas en medio de la sala. Después de un rato, se limpió las lágrimas y se fue a dormir, esperando que todo fuera diferente al día siguiente.

Se despertó, esta vez hizo caso omiso al regaño imaginario de su madre, que le decía que se enfermaría si andaba descalza por la casa, y salió corriendo al cuarto de sus padres; otra vez no estaban ahí. Subió al techo y encontró al gato bajo la sombra donde siempre se acostaba.

—¿Qué es lo que buscas? —dijo el gato—. En este mundo solo te veo yo y tú solo me ves a mí. No lograste pasar a ese mundo al que anhelan ir los humanos, te quedaste aquí y no podrás salir.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Hummmmmn

Hay veces en las que quiero olvidarme de todo, pero acostada en mi cama contemplando las estrellas en mi techo recuerdo que la magia sigue aquì, que no se ha ido. Cada estrella tiene un brillo diferente, y cada una necesitó calor, ternura y dedicación para que me alumbraran en la noche. En el empaque decía que para que brillaran tenía que calentarlas... entonces esa tarde me pasé calentando con mi hermanita las estrellitas con la secadora, y es por eso que puedo verlas ahora. Mi brillo es relativo al esfuerzo que se ha puesto en el ¿Qué tanto brillo contigo?

viernes, 8 de marzo de 2013

¿Y ahora?

Otra racha ganadora en la que mi nariz sale del agua y renace en mí inspiración para soñar, sin importar el tiempo en que olvide que estoy aquí, se que el fueguito azul no se apagará.
Aunque esté eroxionada con los golpes de las olas, seguiré siendo lo que siempre he sido y con el mismo nombre CAROLINA.